martes, 14 de diciembre de 2010

El Teletón

Estoy viendo las horas finales del Teletón 2010. Como todos los años, durante el día se comentan muchos casos y cosas. Sin embargo, hay una constante. La pobreza y la indefensión de la gente de nuestro México. Somos un país muy pobre. Sin embargo, la mayor parte del tiempo no lo vemos o no queremos verlo.

¿Qué es el Teletón? ¿Qué representa? ¿Qué impacto tiene en nosotros?

En la pantalla, una niña de unos 4 años llora porque su hermanito nunca va a ser igual que ella. Dice que lo quiere mucho y que gracias a Teletón ahora él puede caminar y comer solo. Snifff

La pobreza es siempre ofensiva. Tan ofensiva que preferimos voltear la cara. Cómo es posible que una sociedad permita que una señora chiapaneca, Rosalía, tenga que cargar a su hijo con parálisis cerebral durante kilómetros para llevarlo a una terapia. De regreso a casa, pasa a la central de abastos de Tuxtla. Pero no compra nada. Deambula por los pasillos escogiendo la verdura menos maltratada para preparar un caldito a sus cuatro hijos. Pero no importa, porque “no está podrida” solo “golpeadita”. Los tres hermanos sanos le preparan un pastel de lodo a su hermanito en su cumpleaños y lo adornan con florecitas… ¿triste?

Loret de Mola (visiblemente impresionado) dice que como país tenemos una deuda con ellos. Dice que tenemos que irlos conduciendo para que vivan como nosotros. Esto es subsidiaridad. Pero antes de la subsidiaridad va la solidaridad. Es cierto. Tenemos una deuda que saldar. Esta deuda viene de nuestro desdén. De nuevo, no vemos porque no queremos ver.

No sé si la gente que critica al Teletón y hacen campaña para que no donemos porque “Televisa se beneficia”, entienden o viven la pobreza en México. Existe un componente de lucha de clases siempre presente. El pobre contra el rico y el rico contra el pobre. ¿Qué tiene de malo que haya deducciones? No creo que lo relevante de Teletón sea la deducibilidad.

Tenemos que entender que las obras de impacto tienen que venir de organizaciones bien hechas. Hace dos años visité el CRIT de Chihuahua y me queda claro que está bien hecho. 

Pienso en el planteamiento de César Chavira de ayudar a una familia de Chihuahua que vive un problema extremo. Los vamos a ayudar. Pero algo me deja Teletón: la visión de que tenemos enormes capacidades. 

Las redes personales y de negocios que construimos diariamente son instrumentos invaluables para ayudar. Una llamada a un buen contacto muchas veces puede dar más y mejores resultados que mucho trabajo. Es por esto que tenemos una responsabilidad de mantener una buena reputación y de ir creando estas redes. No sólo para el crecimiento de nuestros negocios, sino para generar proyectos de ayuda que sean de envergadura y de gran alcance. 

Esto fue lo que hizo Fernando Landeros. Ha aplicado sus capacidades a generar una organización que, hoy por hoy, es la institución de rehabilitación infantil más grande del mundo. 

“… luego, entendí que soy diferente… Soy diferente porque soy mejor” Lo dice un niño que habla como si fuera un iluminado. Sin piernas son totalmente disfuncionales.  Antes se movía en una patineta, ahora sueña con competir en las olimpiadas. “Me siento feliz. Veo mi vida como una oportunidad”. “Estoy muy feliz con lo que soy” Esta última frase es impresionante. Que un niño diga “estoy feliz con lo que soy” es impresionante. No dice nada de lo que tiene. Habla de lo que es. Son conceptos que a la mayoría nos toma una vida comprender. Es impresionante que un niño tenga la capacidad de auto motivarse de esa manera. 

Que importante sería que todos nos diéramos cuenta de la dignidad que encierra cada ser humano. 

¿Los logros físicos de un niño se traducen en logros del alma? Yo creo que si. 

Saul Mendoza vino a verlo. Le trajo una silla de ruedas de carreras. Yo conocí a Saul en Austin en TECHBA y me impresionó su fortaleza. Su motivación. Esta es una capacidad que he llegado a admirar mucho. El poder auto motivarnos nos hace seguir adelante contra cualquier viento y cualquier obstáculo. 

La Madre Teresa dijo que “para Dios sus favoritos son los niños, los pobres y los enfermos”. Yo creo que tenía razón… ¿Podrían ser también nuestros favoritos?


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